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Son muchas las personas que, de manera altruista, colaboran con la Catedral de Oviedo de diferentes formas. El mero hecho de ser “abonado de la Catedral” ya es una colaboración. Este año, hemos querido que el Ciclo de Conferencias comenzase con un pequeño homenaje a Carlos de Posada Miranda, fallecido la pasada primavera. Durante años fotografió, junto con el canónigo Don José María Hevia, todos los rincones de la Catedral, bóvedas y sobre bóvedas, retablos, la torre gótica, la Cámara Santa… documentando el estado de nuestra Sancta Ovetensis antes y después de las intervenciones llevadas a cabo con el Plan Director. Es de destacar, por la curiosidad de los mismos, el rastreo de los más de seis mil grafitis que pueblan los muros del Conjunto Catedralicio, desde la Edad Media hasta el siglo XX. Por eso, la primera conferencia de este año es un recuerdo a su silencioso trabajo.

La Catedral está hecha con piedras vivas que, aún hoy, nos siguen hablando. Nos aportan una información que no está recogida en ningún otro sitio; el soporte de esa información son los grafitis. El caso de la Catedral de Oviedo no es único, siendo numerosos los templos y catedrales que cuentan con un inventario y posterior estudio de sus grafitis, entre otros podían citarse los casos de las catedrales de Reims, Estrasburgo, Viena, Jaca, Sevilla, Bradford, Southwell, Nottinghamshire, Herford, Lincoln, Pamplona, Murcia, Venecia o Santiago de Compostela.

Tradicionalmente, por grafiti se entendía “grabado o dibujo hecho a punzón”. Actualmente el concepto es más amplio y se nos viene a la cabeza un dibujo o letrero pintado sobre un muro u otro tipo de soporte. El diccionario de la R.A.E. ofrece una concisa definición: “Firma, texto o composición pictórica realizados generalmente sin autorización en lugares públicos, sobre una pared u otra superficie resistente”.

Don José María Hevia en un momento de la conferencia

 

Aunque generalmente los grafitis se consideran “arte efímero”, en nuestro caso se trataría de una memoria estable, pudiendo distinguirse dos tipos:

  • Marcas de cantero: Estas incisiones sobre la superficie de la piedra pueden señalar la autoría o el lugar y modo de colocación del sillar.
  • Grafitis propiamente dichos: realizados por peregrinos o viajeros.

Siguiendo esta clasificación podemos establecer las principales características de cada uno de ellos:

  • Las marcas de cantero se caracterizan por estar bien trazadas, generalmente usando un molde y herramientas de incisión; suelen apoyarse en la geometría para su diseño (polígonos, circunferencias, estrellas de los vientos…).Pueden aparecer en cualquier lugar (bóvedas o parte superior de los pilares) y su finalidad era la de conocer el lugar y modo de colocación de una piedra o mostrar el signo identificativo de cada cantero para que el fabriquero de la catedral les abonara el destajo. Se graban en el centro del sillar y no se superponen con otras marcas.
  • Los grafitis de los peregrinos suelen estar realizadas a mano alzada con un objeto punzante (generalmente una navaja que llevaban en el zurrón). Se localizan en las partes bajas de los muros. La finalidad era la de dejar constancia de su paso como peregrino o viajero. Por eso, cuando ya en la Edad Moderna escriben su nombre, éste puede aparecer recuadrado. Es frecuente que se superpongan varios grafitis en la misma superficie.

De los más de seis mil grafitis documentados en todo el Conjunto Catedralicio, hay varios motivos que se repiten con frecuencia. Igualmente, suelen concentrarse en espacios concretos, a saber, el brazo sur del crucero donde estaba la desaparecida escalera que daba acceso a la Cámara Santa construida en la época del obispo Alonso de Palenzuela (1469-1485); la antesala de la Cámara Santa; la Cámara Santa; la escalera de Francisco de la Riva y la torre gótica, aunque también pueden localizarse en los pilares de la nave o la fachada principal.

Motivos más frecuentes:

  • La cruz: En aquellos peregrinos que no sabían escribir era frecuente el recurso de la cruz de Cristo en diferentes modalidades, desde una sencilla cruz formada por dos líneas perpendiculares a la cruz de Jerusalén de la fachada principal, alusiva quizá a un peregrino que había estado en Tierra Santa y que, por la inscripción de la parte inferior, hubo de ser de origen francés. En el muro al que se adosaba la escalera de Palenzuela se distingue una circunferencia, alusiva al globo terráqueo con varias cruces en su interior, labradas por uno de tantos peregrinos que seguían un itinerario que incluía templos dedicados a la Santa Cruz. Puede incluirse en este grupo también el motivo del aspa con los extremos quebrados cuyo significado es “Cristo ayer, hoy y siempre” y que representa la estabilidad y la vida, al igual que la esvástica que los escultores del retablo grabaron en la testuz del buey de la escena del nacimiento del retablo mayor. El símbolo que encontramos con más frecuencia es el de la cruz en sus diferentes variantes.
  • La pata de oca, también conocida como Cruz de Languedoc, puede rastrearse a lo largo de todo el Camino de Santiago. En Asturias se localizan varias de estas cruces a lo largo del itinerario que une el Puerto Ventana con la Catedral. Es un motivo frecuente, consiste en una cruz con tres pies en la parte inferior.
  • La ballesta: Es también uno de los símbolos más utilizados. Aparece siempre orientada al este, igual que los templos, que sitúan la cabecera en ese punto cardinal. Sería una alusión al propio templo y, en una iglesia de peregrinación como es la Catedral de Oviedo, hablaría del Ultreya de los peregrinos: “Más allá”.
  • El barco: La investigadora británica Jennifer Alexander, de la Universidad de Warwick, autora de varios trabajos sobre grafitis, había localizado varios barcos grabados en las paredes de templos que formaban parte del Camino de Santiago y que aludirían al medio de transporte de los peregrinos. Insistió hace varios años en la posibilidad de que en la Catedral de Oviedo se encontrase alguno de estos motivos, puesto que una parte nada desdeñable de los peregrinos medievales llegaban en barco a los puertos asturianos y, tras visitar San Salvador de Oviedo, continuaban ruta hacia Santiago. Gracias a sus indicaciones se localizaron un total de tres barcos.
  • La pentalfa: Es una estrella de cinco puntas. Es el símbolo de la armonía y de la fraternidad pitagórica. En la Catedral aparecen tanto a mano alzada como bien trazadas, en el entorno de la escalera de Palenzuela y la Cámara Santa, y aluden a la Divina Proporción.
  • El nombre de Jesús: Aparece con el anagrama “IHS”, en el crismón e incluso en lengua griega; este último caso es curioso, puesto que se encuentra en la clave central de la bóveda del crucero y fue labrado por un peregrino antes de ser colocada allí.
  • “Adyuva Maria”: Inscripción en la que se pide amparo a la Virgen María y que es el origen de la expresión “Ave María”.
  • La circunferencia: Muchas de ellas hechas a mano alzada.
  • La herradura, con la letra “tau” en la parte superior. Es un símbolo de protección.
  • Globo isidoriano: Globo terráqueo, dividido en tres partes que aluden a los tres continentes conocidos en la Edad Media, coronado por una cruz.

 

Grafiti localizado en el cuerpo renacentista de la torre gótica

 

Otros motivos que se pueden encontrar son:

  • Las llaves, símbolo reiterativo en templos del Camino de Santiago, que alude a lo que se oculta de miradas indiscretas y que están labradas en el crucero sur y en el cuerpo renacentista de la torre gótica.
  • La representación de la vexila regis del Jubileo de la Santa Cruz.
  • Un tenebrario con su escalera en la torre gótica.
  • Un pez, tal vez un delfín, que es símbolo bautismal de la resurrección y expresión abreviada del Credo.
  • Dos borceguíes, el calzado de los peregrinos medievales, que servía también para defenderse de los bandidos.
  • Una gaita escocesa del siglo XVII.
  • Inscripciones: Podemos encontrar parejas de letras identificadas con iniciales y un total de ciento tres nombres completos, algunos enmarcados en un recuadro.

Como curiosidad, es de mencionar que en el cuerpo de campanas de la torre gótica grabaron su paso por Asturias los comisionados enviados desde la corte para buscar nodriza a Alfonso XII el 22 de septiembre de 1859 y este grafiti es la única noticia que tenemos al respecto.

  • En el cuerpo de campanas de la torre hay grafitis de la época de la Guerra Civil.

A mediados del siglo XIX se comenzó a poner límite a estas inscripciones que poblaban los muros de los templos. Así, en el año 1834, la Catedral de León decidió cerrar las puertas fuera del horario de culto para evitar esta práctica tan habitual. No obstante, la costumbre de dejar constancia del paso por lugares como este siguió presente en los templos, como demuestra el relieve inciso de un rostro que se aprecia en el exterior del pórtico de la Catedral de Oviedo. Durante tiempo se especuló con que hubiera sido su autor un peregrino, con la intención de representar una Santa Faz, sin embargo, tras una publicación de la imagen a través de Redes Sociales preguntando cuál sería su origen se encontró al autor: un ovetense que, a finales de los años 50 del siglo pasado y a la edad de once años, dejaba trazos con un punzón casi a diario camino de sus clases en el Colegio de los Dominicos.

Como se indicó al inicio, piedras vivas que nos hablan de épocas pasadas.

 

Pueden descargar el pdf de la conferencia haciendo clic AQUÍ

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