El apartado de conferencias del Programa de Abonados 2022-2023 se cerró el día 20 de enero con la participación de la profesora de Historia del Arte de la Universidad de Oviedo Yayoi Kawamura, experta en orfebrería, que, de manera muy didáctica, explicó “El ajuar litúrgico de la Catedral y sus usos”.
Partiendo de la pintura de Genaro Pérez Villaamil, “Una procesión en la Catedral de Oviedo”, conservada en el vecino Museo de Bellas Artes de Asturias, y apoyándose en fotografías tomadas en la Catedral durante alguna de las celebraciones litúrgicas más importantes que tienen lugar en el templo mayor ovetense, como es el Jubileo de la Santa Cruz, mostró el papel que textiles y piezas de orfebrería tienen en las celebraciones religiosas.
En primer lugar se estableció la diferencia entre ajuar litúrgico (piezas que se utilizan en el culto, por ejemplo un cáliz y una custodia) y tesoro (las reliquias y las joyas de la Cámara Santa), recordándose a los asistentes que no todas las catedrales disponen de tesoro.
Para conocer cada una de las piezas que se presentaron y sus características, la profesora Kawamura se apoyó en el tratado del orfebre Juan de Arfe y Villafañe “De varia commesuracion para la esculptura, y la architectura”, publicado en Sevilla entre 1585 y 1587. Esta obra, el último de los tratados escritos en España en el siglo XVI, consta de cuatro libros de los cuales el último es el que se dedica a ornamentos litúrgicos.

Yayoi Kawamura
Juan de Arfe, natural de León, procedía de una familia de orfebres alemanes llegados a Castilla a finales del siglo XV. El primero de la saga, Enrique de Arfe, trabajó para Isabel la Católica y fue el autor de la célebre custodia de la Catedral de Toledo; en 1527 la Catedral de Oviedo le encargó los cetros procesionales que se conservan en el Museo de la Iglesia. Su hijo Antonio continuó la tradición familiar y su nieto Juan, es el autor del tratado que nos ilustra acerca de los usos y características de los componentes de los ajuares litúrgicos, estructurando el texto y las ilustraciones por capítulos:
Capítulo 1º: Las andas.
Capítulo 2º: Las piezas de altar y pontificales:
- El cáliz, la patena y las vinajeras aparecen juntas como piezas complementarias que son. El cáliz es un vaso sagrado que se emplea para consagrar el vino; la patena es una bandeja pequeña para depositar la Sagrada Forma, mientras que las vinajeras son dos pequeñas jarritas que contienen el vino y el agua para la consagración.
- El portapaz. Aunque se trata de una pieza en desuso, se empleaba para ofrecer a los fieles la paz del Señor.
- El candelero, para colocar las velas en el altar.
- Cruz de altar. Es la cruz que el sacerdote porta con las dos manos y la coloca sobre el altar para que presida la celebración.
- El aguamanil del pontifical. Es una jarra que se utiliza para que el obispo se lave las manos.
- Báculo, utilizado por el obispo.
A pesar de que Juan de Arfe no las menciona, podrían incluirse en este apartado de piezas de altar las campanillas que se utilizan para llamar la atención de los fieles en determinados momentos.
Capítulo 3º: Piezas de procesión:
- Cruz procesional o guía. Cruz con mástil que se lleva en las procesiones.
- Se emplea en las procesiones para llevar las velas flanqueando a la cruz procesional que abre la procesión.
- Los incensarios, en los que se quema incienso purificador, suelen ir acompañados de una naveta con su cucharilla para llevar el incienso. La profesora Kawamura señaló que, el hecho de que Arfe no incluya en este apartado las navetas podría deberse a que en aquella época no eran de plata.
- Se emplea para abrir el camino de la procesión por delante de la cruz y los ciriales.
Capítulo 4º: Piezas de capilla:
- Blandón. Candelero que se apoya en el suelo para sujetar las hachas o cirios, de tamaño superior a las velas.
- Lámparas. Destinadas a soportar la vela que siempre debe estar encendida para el Santísimo.

Imagen del tratado de Juan de Arfe
Capítulo 5º: Custodias de asiento y custodias portátiles:
La custodia es un soporte para exponer la Sagrada Forma. Hay dos tipos: la custodia portátil se puede llevar en la mano o colocarla sobre el altar, mientras que la custodia de asiento tiene un tamaño y un peso mucho mayores.
La familia Arfe fue quien introdujo en Castilla el uso de la custodia de asiento, de gran tamaño. Ya se había mencionado la custodia de la Catedral de Toledo, obra de Juan de Arfe, y como nueva muestra de esto, se mencionó aquí la custodia que Juan de Arfe hizo para la Catedral de Sevilla, de casi cuatro metros de altura, que procesiona tres veces al año.
De todas estas piezas, las más conocidas son el cáliz y la custodia. Siguiendo la misma línea didáctica que hasta entonces había seguido la exposición, la ponente mostró la manera de preparar un cáliz para una eucaristía utilizando el ajuar que se emplea a diario en las misas que se celebran a las 12:00 en la Capilla de Nuestra Señora del Rey Casto.

Detalle de la custodia
Así, se presentó el conjunto de orfebrería y paños, que ha de disponerse siempre manteniendo el máximo respeto por el pan y vino que se convertirán en las Sagradas Especies por medio de la transubstanciación:
- El purificador es un paño de color blanco que se coloca sobre el cáliz, se usa para limpiar el cáliz y la patena antes de utilizarlos y para limpiarlos después de uso.
- Sobre el purificador se coloca la patena y, sobre esta última, un pequeño paño circular, llamado hijuela, que protege el pan.
- El corporal es un paño blanco semirígido que, doblado en nueve partes, se coloca sobre la patena junto con la palia, paño rígido, que sirven para proteger el cáliz y que no caigan en él polvo o insectos antes de la consagración.
- Antes del cambio de liturgia que conllevó el Concilio Vaticano II se utilizaban siempre otros paños que, en ocasiones, se siguen usando. Se trata del cubrecáliz, un paño que tapaba todo el cáliz y que solía ser del color litúrgico empleado en cada momento del año. También se utilizaba una pequeña carpeta, la bolsa de corporales, que se usaba para guardar el corporal.
Con respecto a las vestiduras litúrgicas se presentaron las siguientes:
- La casulla: es una vestidura que va sobre el alba. Se mostró la más antigua que conserva la Catedral, del siglo XVI, larga y de terciopelo rojo; en la parte central lleva una banda decorada con imágenes de santos. En el periodo barroco se hacen más cortas y la decoración ocupa toda la superficie; como ejemplo se presentó otra de las casullas de la Catedral, del siglo XVIII. Estas dos casullas están expuestas en el Museo de la Iglesia. Finalmente, para mostrar la evolución de esta vestidura, se mostró otra del siglo XIX, cuyo diseño tiene forma de guitarra, esto es, más ancha en la parte superior e inferior y estrechándose ligeramente a la altura de la cintura. Esta última se conserva en Covadonga.
- Acompañando las casullas suelen ir las estolas, hechas con el mismo tejido. Se colocan por detrás del cuello y descienden por delante del pecho. Aunque ya en desuso, este conjunto se completaba con el manípulo: una pequeña banda que se colocaba en el antebrazo izquierdo, sobre el alba, con carácter ornamental.
- Las dalmáticas son vestiduras similares a las casullas, pero con mangas. Las utilizaban los diáconos.
- Un terno es un conjunto de casullas y dalmáticas haciendo juego. La Catedral de Oviedo tenía un terno, hecho en el taller de Alfonso Medrano en 1732, compuesto por, casulla, dos dalmáticas, dos estolas, tres manípulos, cinco capas pluviales, un paño de púlpito, un frontal, un paño de facistol, una bolsa de corporales, dos cubiertas para los libros de Epístola y Evangelios y un paño para la custodia. Este conjunto permite hacerse una idea de lo ricos que podían llegar a ser los ajuares y del boato empleado en las celebraciones más solemnes.
- Un humeral es un paño blanco que se pone el sacerdote sobre los hombros y que cubre sus manos para sostener una custodia o copón.
- La mitra es el tocado con que se cubren la cabeza los obispos, arzobispos y, también el papa, y que tiene forma apuntada. Las dos bandas de tela que sobresalen por la parte trasera se llaman ínfulas.
- El palio es un cuello de lana que se pone sobre la casulla, solamente lo pueden usar los obispos. No debe confundirse con el palio usado en las procesiones, que es un dosel sostenido por varas que protege al Santísimo Sacramento o a la imagen de un santo.
La Catedral conserva piezas de sus ajuares litúrgicos, tanto en la sacristía como en el Museo de la Iglesia. En éste último puede observarse piezas de notable calidad:
- El cáliz del obispo Juan Arias del Villar (1487-1498), perteneciente a su ajuar y que donó a la Catedral.
- Cruz funeraria de azabache del siglo XVI.
- Cruz procesional, de principios del siglo XVI, y cetros procesionales de Enrique de Arfe, de 1527.
- Custodia del obispo Gonzalo de Salizanes (1669-1675)
- El cáliz del obispo Fray Tomás Reluz (1697-1706)
- Piezas de la donación del obispo Agustín González Pisador (1760-1791) que aparecen mencionadas en el “Pontifical que se ha entregado a la muerte del Sr. Obispo Pisador” (1792).
- Las olieras para los santos óleos de Francisco Collas (1772). (Conservadas en sacristía)
- Las lámparas de 1817 del presbiterio.
- El cáliz y el báculo del arzobispo Francisco Javier Lauzurica y Torralba (1949-1964), última donación episcopal que recibió la Catedral.

Conferencia «El ajuar litúrgico de la Catedral y sus usos»
Finalmente se presentó una custodia un tanto especial. Se trata de una pieza de factura inglesa, fechada en el siglo XIX, que un ciudadano inglés, que prefirió conservar el anonimato, regaló a la Catedral en 1939. Se ha utilizado recientemente en la celebración de la Hora Santa que cada primer viernes de mes tiene lugar en la Capilla de Nuestra Señora del Rey Casto. Es de cobre dorado y el pie se decora con seis esmaltes.
Al finalizar la charla, los asistentes pudieron acercarse a contemplar el cáliz y los paños utilizados en las eucaristías diarias y la custodia inglesa.