Entre los distintos servicios que las catedrales prestan a la sociedad, la guarda y conservación de sus documentos es uno de los menos conocidos pero no por ello menos importante.
Desde el siglo IX, el templo mayor ovetense ha sido generador y custodio de un gran número de libros y documentos de diverso tipo. Forman parte del patrimonio de la Catedral, nos hablan de su historia, su construcción y ornato, las normas establecidas para el Cabildo, la vida diaria del templo, la relación con la sociedad y la nobleza… desde épocas en las que solamente la Iglesia contaba con archivos en los que recoger toda esa información.
Para dar a conocer este rico patrimonio, el Canónigo Archivero, Don Juan José Tuñón Escalada, ha guiado cuatro visitas al Archivo Capitular los días 4 y 18 de febrero.
La actividad dio comienzo en la nave mayor del templo, donde el Archivero explicó brevemente las funciones que realiza y la forma en la que se designaba a los miembros del cabildo para desempeñar el cargo a lo largo de la historia. Desde 1851, la responsabilidad de conservar estos fondos corresponde a una única persona, designada por el Arzobispo de la Diócesis por su formación académica y capacidades.
A continuación, se accedió a las dependencias del Archivo, en el claustro. La explicación central tuvo lugar en la Sala de Consulta, en la que Don Juan José Tuñón mostró algunos de los documentos más significativos del fondo capitular.
Los asistentes pudieron ver el pergamino más antiguo conservado: la donación de Fakilo a la Iglesia para fundar un monasterio en Libardón (Colunga) en el año 803. A continuación, se mostró el emblemático Testamento del rey Alfonso II del año 812, en el que hizo donación de sus bienes a la Iglesia de Oviedo, así como el facsímil del Liber Testamentorum, del siglo XII, la gran joya del Archivo.
Siendo la Catedral uno de los principales relicarios de la cristiandad no podían dejarse de lado documentos vinculados a las reliquias y el flujo peregrinatorio que ha recibido desde la Edad Media. Así, los asistentes pudieron contemplar una de las dos copias del siglo XIII del Acta de apertura del Arca Santa en el año 1075, así como la Bula del Jubileo de la Santa Cruz, concedida en 1438 por el papa Eugenio IV, y su posterior confirmación en 1458.
Mostrando la vinculación que la monarquía siempre tuvo con el templo ovetense se presentó un privilegio rodado del rey Alfonso X.
Y como documentación propia del Cabildo, los asistentes pudieron ver el Libro Becerro (1385), compuesto por 93 documentos de la época de don Gutierre de Toledo, además del manuscrito con los Estatutos del Cabildo establecidos por el obispo Diego Aponte de Quiñones en 1586, así como su posterior impresión en Valladolid en 1588.
Finalmente, se mostró uno de los libros en los que se recogían los expedientes de limpieza de sangre, y un documento que forma parte del riquísimo fondo musical de la Catedral, que se había reutilizado para forrar otro libro, algo que hoy puede sorprendernos, pero que en épocas pasadas era bastante frecuente.
La visita finalizó con una breve explicación de las dependencias arquitectónicas en las que se conservan estos fondos bibliográficos y documentales.
Agradecemos a todos los participantes el gran interés que han mostrado en esta actividad.