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La construcción, entre 1705 y 1717, de la nueva Capilla de Santa María del Rey Casto ocultó la portada gótica del transepto norte que, desde el siglo XV, se abría hacia el callejón que separaba la fábrica gótica de la catedral de la primitiva basílica prerrománica de Santa María. Desde entonces esta portada favoreció la comunicación entre ambos espacios y pasó a ser conocida como Portada de Santa María del Rey Casto.

La figura central de esta portada tiene una especial significación en el tiempo pascual pues representa a Cristo Resucitado, mostrando la herida del costado y las llagas, y acompañado por dos ángeles que llevan los instrumentos de la Pasión. Se corresponde con la iconografía del Cristo Varón de Dolores, muy habitual en la escultura devocional centroeuropea de finales de la Edad Media. Cristo aparece en pie, en el centro de la composición, con el rostro sereno y mostrando las llagas de la Pasión, cubre su cuerpo con una capa y con un paño de pureza. Levanta un brazo, quizá en actitud de bendecir o quizá portando una banderola con su emblema, esto resulta imposible de precisar pues la imagen ha perdido la mano.

Aunque no se conoce al autor de las esculturas de la portada, cronológicamente se enmarca en el período que va de 1444 a 1457, durante el episcopado de Íñigo Manrique de Lara. En esas fechas se encuentran trabajando en las obras de la Catedral dos maestros extranjeros: Nicolás de Bar y Nicolás de Bruselas, ambos aparecen documentados en 1449 y en 1451 se les renueva contrato. Son los responsables de la construcción del brazo norte del transepto. Por las mismas fechas, y a juzgar por la estética de las esculturas, hemos de pensar en artistas centroeuropeos como autores de las esculturas que decoran esta portada.

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