Capilla de Santa Eulalia
Capilla de Santa Eulalia
Santa Eulalia fue una niña emeritense que vivió su fe cristiana durante las persecuciones del emperador Diocleciano a principios del siglo IV, recibiendo martirio por negarse a adorar a los dioses romanos. Sus restos llegaron a Asturias durante el reinado de Silo (774-783), concretamente a la corte de Pravia, y fueron trasladados a Oviedo por Alfonso II (791-842). Se conservaron en la Cámara Santa hasta la construcción de esta capilla.
Santa Eulalia era, desde 1631, patrona de la Diócesis de Oviedo y el 16 de febrero de 1639, el papa Urbano VIII la declaró también patrona de la ciudad de Oviedo y del Principado de Asturias. En 1640, el obispo Antonio Valdés Herrera (1636-1641), encargó al pintor Diego Valentín Díaz (1586 – 1660) un cuadro en el que apareciera el martirio de la santa. Esta pintura se conserva actualmente en la sacristía.
El obispo fray Simón García Pedrejón (1682-1696) decidió construir una capilla dedicada a la santa ubicada en el costado septentrional del templo. De la construcción se encargaron los arquitectos avilesinos Francisco Menéndez Camina, padre (1629 -1694) e hijo (1662 – 1719), y las obras se llevaron a cabo entre los años 1690 y 1696. De los proyectos que estos arquitectos presentaron al cabildo, se llevó a cabo el que describía una planta centralizada cubierta por una cúpula, bajo la que se dispuso un baldaquino en el que colocar la arqueta con las reliquias de Santa Eulalia.
La principal característica de esta capilla es la abigarrada decoración que recorre los muros y la cubierta. En las pechinas de la cúpula se narró el martirio de la niña, inspirándose en la pintura de Diego Valentín Díaz.
El baldaquino, de 1697, es obra del escultor Domingo Suárez de la Puente y el ensamblador Juan García de Ascucha. De los veintidós ángeles que lo rodeaban solamente se conservan cuatro. Merece mención la imagen de la Inmaculada de la parte superior, labrada por Suárez de la Puente, siguiendo los modelos de su suegro Luis Fernández de la Vega.
La arqueta en la que se conservan los restos de Santa Eulalia es de época califal, (siglo XI), de plata nielada. Cada una de sus caras vistas se decora con unos campos polilobulados en los que se grabó una escena cortesana, siempre la misma, en la que dos hombres que parecen ser sirvientes flanquean a un hombre sentado sobre un almohadón; los tres personajes visten al modo oriental. La tapa está recorrida por una inscripción en caracteres cúficos
El conjunto de la capilla se terminó en 1702 con el traslado de los restos de García Pedrejón, fallecido en 1696.