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Las fechas siguientes a la Epifanía traen a la memoria el recuerdo del pasaje bíblico de la Huida a Egipto, tema recurrente en la Historia del Arte cristiano. En la Catedral de Oviedo un retablo contemporáneo trata esa temática de forma sintética pero emotiva. El retablo de la Huida a Egipto de la Capilla de Nuestra Señora de Belén.

Son pocas las obras del siglo XX que se pueden contemplar en el templo mayor ovetense, de ellas destacan dos piezas de escultura broncínea: la Puerta de la Perdonanza, realizada por Miguel Iribertegui Eraso en 1996 y el Retablo de la Huida a Egipto de la Capilla de Belén.

En 1965 el escultor Joaquín Rubio Camín realizó por encargo del Colegio de Arquitectos de Asturias un grupo escultórico en bronce, material que dominaba con maestría y que se integró a la perfección en la arquitectura de un retablo de inspiración barroca. Camín representó en la sintética escena a la Virgen con el Niño en brazos, subida en un asno cuyas riendas lleva San José.

La posición hierática de las figuras parece indicar que se han detenido, haciendo un alto en el camino que es el que inspira el pasaje iconográfico al que alude esta obra: el descanso en la huida a Egipto. Sobre ellos, un ángel les indica la dirección a seguir, siendo ésta la única figura que transmite dinamismo en la composición. La ubicación espacial de la escena viene dada por la palmera bajo la que la Sagrada Familia ha decidido pararse a descansar, pues la composición carece de fondo y las figuras se encuentran ancladas directamente en el muro de piedra. La palmera ha sido interpretada como la primera morada de Jesús tras huir de Belén, de ahí que este fuera el tema elegido por el Colegio de Arquitectos a la hora de realizar su encargo para la Catedral.

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